Carta de una gótica
Mi nombre es leila y tengo 16, desde
pequeña, me consideraban distinta, como si yo fuera la única persona con gustos
diferentes sobre la faz de la tierra, gustos que a nadie les gustaban.
Todos tenemos un interés hacia lo místico,
pequeño o grande todos los tenemos, mi interés era grande, mis películas
favoritas eran las de terror, mis cuentos favoritos eran los góticos, mis
colores preferidos eran el rojo y el negro. Etc etc...
Mis amigas del colegio eran las típicas
chicas femeninas con cientos de pretendientes, de los cuales hablaban de ellos
todo el día. Y yo era la típica chica en el sentido de que ningún chico se interesaría en ella.
Los lugares favoritos de mis amigas eran,
el parque, la plaza... lugares públicos...
Mi lugar favorito en el mundo era mi amada habitación, ese
lugar era como mi reino, estaban las cosas que más me gustan, eran donde nacían mis
historias, que solía escribir en mi cuaderno favorito.
Era un lugar especial, donde nadie podía
verme, y yo pasaba horas y horas escuchando música, escribiendo y navegando por
la red. Pero más que todo me pasaba la mayor parte del tiempo lamentándome de
ser tan fracasada.
De que todo lo que hacia fuera de mi
habitación me saliera mal. Me preguntaba si en verdad las que decían ser mis
amigas los eran, o solo lo decían cuando yo estaba presente. O si alguna vez
las fantasías que tenía de ser la chica perfecta, se hicieran realidad.
En fin esas paredes, que eran mi
habitación, me cubrían de las balas de insultos y opiniones de la gente a mí
alrededor, por eso la amaba tanto, era como si ella fuera la única que me
defendía de los demás.
Toda mi vida era muy predecible para
cualquiera que me conociera, iba de mi habitación al colegio y del colegio a mi
habitación.
Había un grupo de chicos que iban a un curso
mayor que yo, ellos eran mi motivo de muchas de mis lagrimas. Me solían
molestar muy seguido, de hecho no
recuerdo ningún día en que no lo hayan hecho.
Me insultaban, burlaban y me hacían bromas
demasiadas pesadas.
Incluso recuerdo que una vez al llegar al
colegio me quitaron todos los útiles y nunca más los volví a ver. Tuve que
volver a escribir todo de nuevo.
Pero esta rutina ya me estaba cansando, me
cansaba demasiado. Creo que era tanto que simplemente me bajaba la autoestima
hasta el suelo, y ya no quería ser el motivo de burla de nadie mas, oo
no... de nadie mas!!...
En ese miserable grupo de jóvenes que se
empeñaban en hacerme la vida imposible había un chico, un chico malo le decían
“tato” que molestaba a todos los “raros” como yo.
Aun no les he contado de Lautaro, Lautaro
era un chico que simplemente me gustaba mucho, él era muy tierno, con todas las
chicas, y con migo también. No digo que estuviera enamorado de mi, solo que él
era bueno con todas las chicas del colegio, pero como ese chico me trataba
bien, yo le empecé a tener mucho cariño, que luego se transformo en amor.
En fin tato odiaba a Lautaro, valla a saber
porque, tato como era una persona con demasiado mal carácter, en una de las
cosas de la vida, se encuentra a Lautaro solo por la calle.
Maldigo ese momento...
Tato sorprendió a Lautaro con un golpe, al
cual le siguió otro, y otro y otro... hasta llegar al punto en que Lautaro
murió.
Al enterarme no lo podía creer, primero no
lo creí seriamente porque siempre me hacían bromas pesadas, pero nunca me
habían hecho una de este estilo, cuando lo confirme... mi... mundo se vino
abajo, ese chico era al único por el cual había llorado de alegría, y lo mató la persona que me hacía llorar de tristeza,
me habían quitado la única razón que me hacia sonreír, y fue entonces
que pensé,
Todos los días escribo historias sobre
gente patética pero que al final por alguna razón se vuelven valientes.. Porque no escribo la mía?? Ese chico fue el
único que me trato bien, incluso cuando él estaba triste. Siento que le debo
una acción.
Y para colmo mi furia se salió de control
cuando me enteré de que tato no cumpliría ni un día en la cárcel solo por el
hecho de que era menor edad, no lo podía creer, eso era totalmente injusto. En
mi opinión el que mata a propósito merece la tortura por 1.000, sí.. Mi mente
fría y no tiene piedad de quien seas, pero no mereces paz, si tus
comportamientos son malévolos.
Presten atención a lo que les diré
ahora, mi mente, corazón y mi alma
estaban de acuerdo en algo, debía hacer sufrir al tipo que le quitó la vida a
la única persona que había amado.
La decisión ya estaba tomada, solo restaba esperar al momento indicado...
Los días pasaban pero mi furia seguía igual,
cada día pensaba como hacer mi cometido, y esperar a que el tipo estuviera solo
para que todo saliese bien, hasta que llegó el día.
Era momento de salir del colegio, todos se
despedían, yo fui la primera en abandonar el curso, tato, siempre salía primero para poder molestar a
todos los fracasados posibles, incluyéndome...
Pero él no contaba con lo que le pasaría
ese día.. Le pagué mucha plata a unos hombres para que lo secuestraran cuando
nadie viera, y lo encerraran en un granero abandonado fuera del pueblo, y fue
justo lo que paso..
Los hombres me habían dicho que ya habían
hecho su parte del trato, que tato estaba atado, que ellos se iban y que ya no
se hacían responsables por nada de lo que pudiese pasar. La verdad ni me importó lo que dijeron, la única parte que me puso feliz era que todo estaba
listo.
Unos minutos mas tarde yo llegué al lugar,
tato gemía del miedo, lo cual me provocaba risa. Yo estaba encapuchada, y mi
cara no se lograba ver, lo cual puso a tato mas incomodo todavía. jajajajaja!!!!
Que bien se siente la venganza!! Jajajaja!!
Ese día torturé a esa persona, y cuando me cansé, decidí matarlo, le corté las piernas, brazos, y la cabeza, enterré todo
en el campo, y antes de poner la cabeza en el agujero le hablé,
Y le pregunté qué se sentía sufrir por
culpa de un estúpido o estúpida...
Toda la semana las pesadillas me
atormentaron, una, tras otra, y otra, y otra...
Tato se me aparecía en mis sueños y no me
dejaba descansar, cuando fui al colegio, unos policías me detuvieron y me llevaron
a la comisaria. Todo se había descubierto... resulta que un hombre me había
visto.. Pero no me detuvieron antes porque no me conocían.
Hoy estoy cumpliendo cadena perpetua en la cárcel, mi causa se abrió, y eso concordó la justicia, mi amada habitación esta muy lejos de
aquí, eso significa que estoy sola...
Les escribí esta carta para que la gente
conozca mi historia, ya que tengo pensado abandonar este mundo y buscar a
Lautaro en el cielo...
ADIOS...
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